La receta que os propongo hoy es perfecta para un desayuno de fin de semana, un café a media tarde, sorprender cuando tenemos invitados en casa o, simplemente, algo tan necesario como darle un caprichito a nuestro body 😉
Se trata de croissants de hojaldre, una receta muy fácil y rápida con la que se os hará la boca agua, ¡palabrita! Y es que son aptos para amantes del dulce pero también para los que prefieren lo salado.
Los que me leéis sabréis a estas alturas que me encanta elaborar recetas con masa de hojaldre, es un ingrediente que me parece muy versátil, sencillo de utilizar y el resultado queda siempre de 10. Buen ejemplo de ello son otras recetas que compartí anteriormente en Punto de Lu, como la de palmeritas, la tarta de manzana o la tarta estrella.
Pero hoy, vamos a lo que vamos… ¡¡A la receta de croissants de hojaldre!!
He probado varias versiones, algunas con más éxito que otras, y finalmente me he quedado con esta. Es la más sencilla y los croissants quedan “más bonitos” porque, aunque el sabor es lo más importante, nunca debemos olvidarnos de la buena presentación 😉
Ingredientes:
- Masa de hojaldre fresca redonda.
- 35 gr de mantequilla.
- Azúcar.
- Crema de cacao.
Lo primero que tenemos que hacer es desenrollar la masa de hojaldre (sin aplanarla con el rodillo) y cortarla con un cortapizzas, como si de una pizza se tratara . Primero la cortaremos en cuartos y luego cada trozo lo cortaremos de nuevo por la mitad para que nos queden 8 porciones triangulares.
El ancho de la base del triángulo será el que determine el tamaño de nuestros croissants, así que si los queréis minis podéis cortar el hojaldre en 12 porciones 😉
Ahora toca hacerles un pequeño corte en la base de cada triángulo, como se aprecia en la fotografía. De este modo será más sencillo darle la forma típica de croissant, de media luna.
Una vez cortada la masa, el siguiente paso será derretir la mantequilla para pintar cada uno de los trozos y, a continuación, espolvorear el azúcar. En este paso podéis sustituir la mantequilla por un huevo, aunque si, como a mí, os gusta el sabor de la mantequilla, ¡usadla! Veréis como le da un toque muy guay 😉
Si queréis añadirle algún relleno… ¡Es el momento! Podéis utilizar crema de cacao comprada, como he hecho yo, también podéis usar la crema de cacao casera que os mostraba en esta receta, o mermelada, ¡o lo que os apetezca!
Ya tenemos preparados todos los triángulos, así que ahora toca darles forma. Para ello iremos enrollando cada uno como podéis ver en las imágenes. Primero, enrollaremos desde la base hasta el pico del triángulo y luego giraremos los extremos para darle la forma de croissant. Un truco para que el croissant no se abra es dejar el pico del triángulo hacia abajo.
Los vamos colocando sobre papel de hornear sobre una bandeja de horno dejando espacio entre ellos, pues luego crecerán y no queremos que se peguen unos a otros.
Los pintamos por encima con la mantequilla derretida y, por último, los introducimos en el horno precalentado a 220 grados, durante unos 10-15 minutos, controlando el tiempo porque se queman con facilidad.
Cuando veamos el hojaldre dorado por encima, sacamos los croissants del horno, los dejamos enfriar sobre una rejilla y… ¡Nos los zampamos!
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