Y así, en un abrir y cerrar de ojos, toca arrancar otra hoja del calendario y dar la bienvenida al otoño. Septiembre ha sido un mes de vuelta a la rutina (¡bendita rutina!) y, además de eso, hubo tiempo para celebraciones, fiestas, ocio, algo de deporte y, un regalito muy especial.
Pero casi, casi, en lugar de destriparos mis favoritos de septiembre, ¿qué os parece si os lo cuento con más detalle? Pues vamos al lío…
carrera solidaria
Un año más, he vuelto a correr la Carrera de la Mujer de A Coruña con mi amiga Zeltia, y es que pocos eventos deportivos solidarios me gustan más. Es genial el ambiente que se vive, la marea de mujeres vestidas de rosa por el paseo de la ciudad herculina me pone la piel de gallina por todo lo que representa, no solo la solidaridad frente al cáncer, sino la sororidad que se respira en cada esquina de la carrera. Aquí os dejo una foto de Iago López, de Estudio Imaxe, que en una instantánea supo captar la tónica de la carrera entre dos amigas: muchas risas, complicidad y deporte.
Un libro
Ahora que en septiembre parece que todo vuelve a la normalidad, he retomado la rutina de leer todas las noches antes de dormir. Y uno de los libros que no podía dejar de recomendaros es El legado de Catherine Elliot. Me parece una joyita tanto por la historia, como por la presentación y las maravillosas ilustraciones de Esther Gili. Quizá, por ponerle un pero, me faltó una narración más profunda porque, si bien, la historia me parece muy interesante (y el papel que juega cada una de las mujeres del libro es la caña), la forma en que está relatada no le hace justicia. Aun así, he disfrutado mucho leyéndolo y me parece perfecto para leer cualquier tarde de asueto.
Una escapada
¡Hay tantos rincones de Galicia que todavía no conozco! Pero poco a poco voy poniendo remedio con pequeñas escapadas, como esta que hice con Marido a principios de mes a Carnota, un municipio costero situado en la zona sur de A Coruña y perteneciente a la comarca de Muros. Entre otras cosas, es conocido por tener la playa más larga de Galicia (unos 7 km, ¡ahí es nada!) y competir por ser uno de los hórreos más largos de España (casi 35 metros de longitud). Sin duda, tiene muchos más encantos que, por falta de tiempo, no pudimos descubrir, pero… ¡Volveremos!
Una ilustración
Mi hermana, Andrea, dibuja desde que era una renacuaja. Tuvo una época en la que lo dejó un poco aparcado y ahora lo ha retomado de nuevo, de hecho, para mi boda hizo un par de ilustraciones muy chulas. Pues bien, este mes he incorporado otra a mi colección y tenía que contároslo porque, además de parecerme muy guay, si mi hermana me hace un regalo de corazón se dice y punto 😉
Una película
Allá por mayo del año pasado, os contaba aquí una experiencia que había vivido. Era, ni más ni menos, que la grabación de unas escenas para una película muy cerquita de mi casa. Pues bien, ¡por fin se ha estrenado! Y claro, me faltó tiempo para ir al cine. La película en cuestión se titula “Quien a hierro mata“, está dirigida por Paco Plaza y protagonizada por Luis Tosar. Se trata de un thriller que resulta ser de lo más retorcido, y aunque no lo considero un peliculón, reconozco que me ha entretenido, además, el hecho de que aparezcan lugares conocidos hace que gane puntos, ¿no creéis? 😉
Una fiesta
Si hay unas fiestas de verano que me gustan, esas son las de As Peras, sí, sí, como lo oís: As Peras. Se celebran en Pontedeume (A Coruña), y el origen de su nombre se debe a un concurso de fruta en el que participan varios horticultores; sin embargo, lo más reseñable son sus mómaros (unos gigantes de cartón-piedra que bailan por el pueblo cada día de las fiestas) y la cucaña, que tiene lugar cada 8 de septiembre. Para mí es una tradición, así que un año más me dejé caer por allí para empaparme del gran ambiente festivo que se vive durante esos días en el pueblo.
Aniversario
Marido y yo nos fuimos de celebración en septiembre, no de nuestro aniversario de boda (eso toca en octubre), sino de los aniversarios de boda de nuestros padres y suegros. La casualidad ha querido que tanto sus padres como los míos decidieran casarse un 20 de septiembre y tenemos la inmensa fortuna de que se llevan a las mil maravillas. Por eso, decidieron sorprendernos con una comida familiar en la que, como ya es costumbre, se reunieron las dos familias. Fue un día bonito, en el que recordaron anécdotas de su día y, lo que es más importante, estuvimos todos juntos.
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