Receta para hacer deliciosas galletas de limón

Recuerdo que hace algún tiempo era un poco monstruo de las galletas, me encantaba comerlas a todas horas y de cualquier tipo. Luego tuve otra época en la que apenas me acordaba de ellas y hacía más recetas de bizcochos, pero últimamente he vuelto a las andadas… Mi madre me enseña nuevas recetas de galletas y lo cierto es que no me puedo resistir a compartirlas con vosotros, como la última que he hecho.

Estas deliciosas galletas de limón ¡son un vicio! Con ingredientes muy comunes haréis unas galletas ideales para el desayuno, la hora del café/té o para llevar a casa de unos amigos cualquier tarde, porque si os gusta el limón os aseguro que ¡os pirrarán! 😉

Así que, si vosotros también sois monstruos de las galletas o se os empieza a hacer la boca agua, tomad nota de esta receta. 

Los ingredientes que necesitaréis para hacer deliciosas galletas de limón son:

Lo primero que tenemos que hacer es mezclar el azúcar con la mantequilla a temperatura ambiente. Luego añadimos el huevo, la vainilla y lo batimos todo. Yo he utilizado una batidora de varillas, sin embargo, no es indispensable ya que también podéis hacerlo manualmente.

A continuación añadimos la ralladura de limón, la cucharada de zumo y seguimos batiendo.

Ahora mezclamos los ingredientes secos, es decir, la harina, con el bicarbonato, la sal y la levadura en polvo. Una vez hecho esto los incorporamos a la masa y batimos bien.

Después de batir todos los ingredientes, tenemos que acabar de amasar manualmente las galletas hasta que quede una masa integrada y que no se nos pegue a las manos, por ello, si fuera necesario, rectificaremos la cantidad harina añadiéndola poco a poco al mismo tiempo que continuamos amasando.

Cuando tengamos la masa preparada, haremos bolitas del tamaño que se aprecia en la fotografía, las aplastaremos con las manos y las rebozaremos en azúcar glacé.

Luego las colocaremos en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal y las hornearemos a 170 ºC durante unos 20 minutos o hasta que veamos que comienzan a coger un color dorado. ¡Ojo! Procurad no colocar demasiado cerca unas galletas de otras porque en el horno crecen y se podrían pegar, os lo digo por experiencia.

Una vez transcurrido este tiempo, las sacamos del horno, las dejamos enfriar sobre una rejilla y… ¡A disfrutarlas!

Parecen apetitosas, ¿verdad? Pues os aseguro que lo están, tanto que creo que cuando las termine volveré a hacer otra hornada 😉

Espero que os animéis con esta deliciosa receta de Punto de Lu y que si la hacéis me comentéis qué os parece. 

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