Últimamente, cada vez que hago merendola en casa o quiero hacer un desayuno casero y rápido, siempre recurro a la misma receta… Y es que es tan fácil de hacer, tan resultona y tan sabrosa que, al final, ¡apuesto por lo seguro!
Se trata de la receta de las famosas palmeritas de hojaldre que toda la vida hemos visto en las pastelerías y en los supermercados. Os garantizo que triunfaréis seguro y quedaréis como verdaderos reposteros sin mucho esfuerzo porque, además, saben exactamente igual o mejor que las compradas.
Ingredientes:
- Una lámina de hojaldre rectangular y preferiblemente fresco (para que podamos hacerlas en el momento, aunque congelado también sirve si se descongela con tiempo).
- Azúcar.
- Un huevo (opcional).
Elaboración:
Lo primero que hacemos es sacar la lámina del frigorífico y dejarla a temperatura ambiente. A continuación, espolvoreamos azúcar en la encimera o mesa en la que estemos preparando la receta y situamos la masa de hojaldre estirada encima. Ahora esparcimos azúcar sobre la masa y, con un rodillo, apretamos suavemente para que se integre en la lámina de hojaldre.
Aunque el azúcar es el que dará sabor al hojaldre, es importante no pasarnos, puesto que de este modo, en el momento de hornear, la masa de la palmerita se despegará y perderá su forma. Sin embargo, tampoco debemos quedarnos escasos, pues si lleva poco azúcar nos quedarán sosas y sin mucho sabor. Veréis como tras hacerlas un par de veces le cogéis el truco 😉
Lo siguiente que tenemos que hacer es doblar la masa para que cuando esté horneada tenga la forma típica de palmerita. Para ello, doblamos los extremos más largos hacia el centro y presionamos un poco, bien con un rodillo o bien con las manos.
Una vez hecho esto, repetimos la operación llevando hacia el centro ambos lados de la masa, como se ve en la foto, y volvemos a pasar el rodillo suavemente. Y, por último, doblamos una mitad sobre la otra y presionamos levemente para que queden unidos ambos lados y no se despeguen al hornearla masa.
Ahora cortamos la masa en rodajas de un centímetro o centímetro y medio y las colocamos en una bandeja con papel de hornear (yo siempre aprovecho el que viene con el hojaldre) bien separadas, ya que en el horno crecerán considerablemente. Si queremos que adquieran un tono más dorado, lo que tenemos que hacer es batir un huevo y «pintarlas» con una brocha de silicona antes de hornearlas, aunque este paso es opcional, ya que no afecta al sabor de las palmeritas.
Las metemos en el horno precalentado a 200º entre 5 y 10 minutos, controlando que no se quemen y, por último, cuando veamos que comienzan a dorarse las sacamos del horno y las dejamos enfriar sobre una rejilla… ¡¡Ya están listas para comer!!
Con una lámina de hojaldre salen alrededor de 16 palmeritas, aunque depende del grosor al que las cortemos y de lo que estiremos la masa con el rodillo.
Espero que os haya gustado esta sencilla receta y que, a partir de hoy acompañéis vuestros cafés, chocolates o infusiones con palmeritas de hojaldre caseras 😉
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