Las natillas de chocolate… ¡Qué levante la mano a quien no le gusta esta delicia! A mí desde luego me pirran y si son caseras ya ni os cuento.
Por eso, aprovechando que las he vuelto a hacer, decidí sacar fotos y compartir la receta con vosotros para que podáis disfrutar de este postre que también es apto para las personas alérgicas al huevo. Eso sí, tiene su parte negativa y es que, como todo dulce que se precie, no se lleva nada bien con la operación bikini, pero… ¡Qué nos quiten lo bailado! 😉
Para hacer natillas de chocolate caseras necesitaréis los siguientes ingredientes:
- 500 ml de leche.
- 40 g de Maizena.
- 25 g de azúcar moreno.
- 45 g de cacao puro en polvo (sin azúcar).
Lo primero que tenemos que hacer es poner todos los ingredientes en un cazo y mezclarlos hasta que queden medianamente integrados. Si no lo conseguís no os preocupéis, porque en el siguiente paso lo solucionaremos.
Ponemos el cazo a fuego medio y removemos sin parar hasta que rompa a hervir o veamos que la mezcla comienza a coger consistencia. A partir de este momento, cocinamos durante un par de minutos más y retiramos del fuego. ¡¡Importantísimo!! Nunca dejéis de remover, de lo contrario se pegará al fondo del cazo.
Transcurrido este tiempo, retiramos el cazo del fuego y vertemos inmediatamente nuestras natillas en las copas o los recipientes que tengamos previstos.
Ahora las dejamos enfriar a temperatura ambiente durante unos minutos y, por último, las metemos en el frigorífico durante al menos dos horas.
¡Y ya las tenemos! Solo queda servirlas bien frías y decorarlas al gusto: con nata, con una galleta encima, con fruta, etc., ¡hay mil opciones y todas están buenísimas! En mi caso, he utilizado las primeras fresas de la temporada de mi minihuerto urbano (esas que os enseñé cómo plantar en este post) y fresas silvestres o, como les llamamos por aquí, careixóns.
¿Os animáis con este sencillo postre? Como veis la receta no puede ser más fácil y está para chuparse los dedos 😉
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