Hoy es el primer lunes del 2016 y vamos a empezarlo con fuerza!! Estoy segura de que será un gran año para todos, lleno de proyectos, mucho amor e ilusión.
Desde hace varios años, en las celebraciones (léase comilonas) familiares que solemos hacer, nunca falla el sorbete de limón o mandarina. Antes, tenía que esperar a tener una boda para catarlo, pero desde que descubrimos la receta, cualquier excusa es buena para disfrutarlo. Es de lo más digestivo y hace que la transición del pescado a la carne sea más fácil, incluso cuando no hay varios platos lo tomamos antes del postre (o con el postre directamente) y es que… ¡A golosos no nos gana nadie!
Es muy sencillo y está riquísimo, yo prefiero el de limón, pero he de reconocer que, aunque sólo sea por variar, el sorbete de mandarina también es de lo más resultón. Como es una receta que en mi familia gusta tanto, no podía dejar de compartirla en Punto de Lu para inspiraros y que pase a ser, también, una tradición en vuestras celebraciones y no sólo familiares, porque como ya he dicho: cualquier excusa es buena para tomar un sorbete de limón o mandarina 😉
Vamos allá con la receta de sorbete de limón o mandarina más fácil del mundo… Para unos 6 u 8 sorbetes (depende de las copas que utilicéis) necesitáis:
- Una tarrina de un litro de helado de limón y/o mandarina.
- Cava o champán.
- Batidora.
Elaboración:
Sacamos del congelador la tarrina de helado del sabor que más nos guste y la dejamos, durante una media hora, a temperatura ambiente para que se reblandezca.
Una vez veamos que su textura se ha vuelto más blanda (como de batido) echamos, en un vaso de batidora o en un cuenco grande, el helado y añadimos un chorro de cava (o dos, o tres… porque la cantidad de cava a añadir dependerá de si os gusta con mucho sabor a alcohol o algo más sutil).
Mi recomendación es ir añadiendo el cava a chorritos y comprobando su sabor, antes de pasarnos y darnos cuenta de que resulta demasiado fuerte. Una vez tengamos la mezcla de ambos ingredientes, usaremos la batidora para integrarlos bien y que quede la textura de un batido/sorbete. Como comentaba, antes de servirlo, lo probamos y si se ha quedado escaso de cava añadimos otro chorro y realizamos el mismo proceso de batirlo con la batidora.
Y… ¡voilá! Ya tenéis vuestro sorbete de limón o mandarina listo para servir en copas y disfrutarlo en familia. Más fácil imposible, ¿verdad? Espero que lo probéis en la comilona de Reyes y me contéis vuestras sensaciones 😉
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