Uno de mis desayunos favoritos, además de las palmeritas de hojaldre, son las magdalenas caseras. No es que las compradas sepan mal, todo lo contrario, pero a estas alturas, todos sabemos que no hay nada mejor que las cosas hechas en casa: sabemos lo que comemos, garantizamos su frescura y, además, están igual de sabrosas o incluso más 😉
Por eso hoy os propongo una sencilla receta para hacer magdalenas caseras y esponjosas. Aunque hay muchas recetas, de hecho las iré compartiendo poco a poco en Punto de Lu, con ésta conseguiréis el sabor de las magdalenas tradicionales, esas que nos recuerdan a nuestra infancia, ¡las de toda la vida!
Y antes de que se me haga la boca agua… Vamos con la receta para hacer las magdalenas caseras y esponjosas. Necesitaréis los siguientes ingredientes:
- 4 huevos.
- 4 tazas de aceite.
- 4 tazas de leche.
- 6 tazas de azúcar.
- 8 tazas de harina de trigo.
- 1 sobre de levadura química (tipo Royal).
- Raspas de limón.
- Una pizca de sal.
* La capacidad de la taza (tacita) que he utilizado es de 100 mililitros, el tamaño de un pocillo de café, y salen alrededor de 40 magdalenas.
Elaboración:
Los primero que tenemos que hacer es batir los huevos con el azúcar hasta que veamos que aumentan su volumen.
A continuación añadimos la leche, el aceite (yo he elegido el de oliva, pero el de girasol también le queda genial), la harina, la levadura química, las raspas de limón y una pizca de sal. Batimos todos los ingredientes hasta que estén bien integrados y ya tenemos la masa preparada.
Ahora colocamos las cápsulas de papel en los moldes de magdalenas. Los hay de muchos tipos: de silicona, en bandeja… Pero yo siempre que quiero hacer una buena cantidad utilizo el mismo truco: pongo las cápsulas dentro de los vasitos de aluminio que se usan para hacer flan, así ahorro tiempo de horneado, porque puedo poner en la bandeja de horno todos los que quepan. Los de Mercadona dan muy buen resultado y, lo mejor de todo, puedes reutilizarlos.
Llenamos de masa la cápsula de papel prácticamente hasta el borde y, antes de hornearlas le damos el toque final espolvoreando un poco de azúcar por encima (quedan deliciosas y mejoran su presentación).
Una vez hecho esto, introducimos las magdalenas en el horno (previamente precalentado a 180 ºC) durante unos 25 minutos o hasta que veamos que están doraditas. Veréis como enseguida comienzan a subir!
Por último, las desmoldamos con ayuda de un cuchillo, las dejamos enfriar sobre una reijlla y ¡voilá! Ya tenéis vuestras magdalenas caseras listas para el desayuno, la merienda o para acompañar un buen café 😉
Como veis son muy fáciles de hacer, están deliciosas y cunden muchísimo ya que se aguantan frescas y jugosas durante más de una semana.
Espero que os animéis a probar esta receta y me contéis vuestras impresiones, os aseguro que no defrauda, saben como las compradas (o mejor) pero sin aditivos, ¿no es genial?
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